Mis historias de las estrellas
por José Antonio Ortega
Capítulo 1
Muchas veces, cuando estoy observando las estrellas, tengo la sensación de que se para todo el tiempo del mundo. Se genera una paz parecida, supongo, a la que reciben los religiosos cuando oran. Tampoco, hay que pensar que me abstraigo como Santa teresa de Jesús, pero sí presiento un momento de conexión que me relaja y me hace comprender como soy. Esta práctica de observación de las estrellas la llevo realizando desde tiempos de niñez y lo curioso de este asunto es que siempre he sentido y realizado este proceso de meditación. No quiero decir con esto, que sigo viendo las estrellas como un niño, si no todo lo contrario siempre he visto las estrellas con una gran madurez. Sí, una madurez, que antes y ahora, me siguen sorprendiendo y motivando para ver las estrellas con un gran respeto.
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